lunes, 6 de agosto de 2012

SERÉ COMO LA NADA Capitulo 1

PREFACIO

No era una pesadilla que pasaba desapercibida en cuestión de días o incluso horas. No era la típica pesadilla de muchas noches donde levantas chorreando sudor por el miedo y el terror que sentiste, era algo más real, algo que solo podía definirse como realidad donde siempre estuviste escondida. A pesar de los murmullos, los susurros y gritos que escuchas, luchas contra el temor de levantarte, correr  y gritar que tienes miedo y que para huir de ello necesitas permanecer despierta para no volver a sentirlo, pero... ¿Alguna vez te planteaste esta cuestión? ¿Que pasaría si la misma pesadilla pasara aún estando despierta? Entonces nada puedes hacer para huir de ella









¿Por qué a mí?

Quieres gritar que no eres nada... Sigues queriendo gritar que no eres nada... Luchas contra el temor de gritar y que todos sepan que es lo que eres en realidad, luchas contra el sentimiento... Haz de ser clara, coherente si quieres que te entiendan y comprendan... Pero si nada de eso quieres solo haz de ser como la nada... Fría y vacía


 ``No me importa lo que hagas solo quiero quitarte tu felicidad´´, esas fueron las primeras palabras que imaginé rondar por la mente de Ilian en nuestro primer encuentro. Me manipulaba me trataba como si yo fuese imbécil o algo por el estilo e intentaba adoptar mi ser para luego castigarlo.

Esta ahora mi mayor enemiga... Había pasado demasiadas metas para llegar a causar en mí un odio demasiado grande como para poder sanarlo, serenarlo... Trataba de ser fiel con el mundo, creaba una tormentosa situación en días en los que me encontraba con la autoestima demasiado baja como para poder conseguir su propósito.

 Destacaba también mi pasado maligno. Todo era horripilante; las niñas, los estudios, la clase... Por la simple razón de que no era como ellas. Ellas pensaban en la suerte, en la esperanza... Vivían con seres fantásticos, hermosos, mientras que yo habitaba en un mundo oculto de la bondad y hermosura.

Podía incluso haber creido inocentemente en cuentos de hadas, finales felices, deseos cumplidos...

Carecía de importancia, la demasida para comprender que nada tenía que hacer en la vida. El seguir el día a día, el tener que engañarme pensando que tenía un lugar en el que confiar, en el que me encontrase apoyada y consolada...

Había empezado a olvidar... Olvidar era la palabra que encajaba a la perfección en el significado que quería brindarle, el olvido era algo que podía alcanzar sin ningún problema. Lo difícil era recordar... Si vives recordando pronto te darás cuenta de que nunca conseguirás olvidarlo por muchas veces que jures hacerlo. Podía olvidar algún problema que se presentaba sin ninguna importancia, algo que fuese muy tonto y careciera de lógica, pero lo malo era cuando se presentaba algo demasiado desagradable, no podía entonces luchar contra este... Lanzarlo a la fuerza, él podía más que mi alma y voluntad... 

Carecía de cordura, quizás estuviese pensando inútilmente en hechos que nunca fueron realidad... Hechos de los que desearía creer que son falsos, que solo son historias de terror en los que tras algunos momentos olvidas sin más... Sin dedicarle importancia alguna...

Frustrada me encontraba en momentos en los que involuntariamente  revivía el pasado sin poder asumirlo por miedo a atormentarme... Necesitaba decir en voz alta ``YA PASÓ´´... Quizás no lo hubiera hecho de haber pensado que era inútil hacer tal elección que no obtendría fruto alguno, quizás. El rincón oscuro, el rincón donde guardaba todo tipo de sucesos desagradables experimentados en mi larga y desagradable vida... , Se encontraba hondo, profundo... En lo más profundo, escondido tras miles de recuerdos... 

Era como adentrarse en un jardín hermoso, florecido, colorido, sereno... Ahora podía caminar entre las flores de colores vivos y hermosos...Los árboles florecidos y vivos entre esquinas sonriendo a cada una de las alegrías recibidas ante sus ojos...  Pero de pronto... ¡Paff!

Todo es oscuro, negro y deforme. Las flores marchitan y los árboles desnudos se mueven con violencia contra la nada, el cielo se oscurece hasta quedar poblado de nuves feas y gordas... Estas provocan gotas enormes, sin forma alguna para poder contemplarlas, empieza a hacer frío y pronto descubres que todos los recuerdos buenos solo fueron tapaderas para esconder a los malos...

Esta era la metáfora ideal para mi rincón oscuro, en él empiezas a contemplar los momentos buenos y de repente te das cuenta de que nada es real y que los malos son los únicos que reinan en ello.

Deseo... Quizás sea la palabra errónea para identificar la necesidad que siento por desaparecer del mundo, sin que nadie me recuerde... Borrando cada instante de mi vida y dejando en blanco cada momento en lo que tuve tanta atención como para que alguien por muy humano que sea se fijara en mí... 

Era esa la noche la cual hubiera deseado quizás llorar hasta vaciar el dolor acumulado, pero nada conseguiría con ello... Lo había intentado en varias ocasiones, pero nada había conseguido olvidar porque aún recordaba..

Veo una luz... Me llama, me reclama... Intento escucharla pero no hay manera de hacerlo, me acerco a ella y esta se escapa... 


¡Ringggg!, ¡ringgggg!. Sonó el despertador 

Me duché,me vestí rápidamente y finalmente bajé corriendo hacía la cocina contemplando el reflejo de alguien cantando ``Sobreviviré´´ de Mónica Naranjo... Es mi madre, puedo reconocerla.

Me senté en la silla y empecé a desayunar preguntando como lo hacía diariamente.

- ``¿Pesadillas?´´

- Ninguna... No más que el gato de la vecina entrando en casa... Respondía con agrado, alargando la palabra gato al saber que era el animal que menos me agradaba

Mi día a día no era el más especial, nada nuevo nada emocionante. Salía y me dirigía con desagrado al autobús que quedaba a tres calles de mi casa. Entraba a este y buscaba con atención a Lujan; mi compañera de clase y mejor amiga.

Hoy era raro porque no se encontraba, << ¿Se abrá quedado dormida, o quizás esté enferma? >> Pensaba constantemente

Después de quince o quizás veinte minutos llegaba al instituto. Bajaba del autobús con prisa... Conducía un hombre de cincuenti tantos años con bigote largo y fino, calvo y flaco. Que siempre gritaba escandalosamente mientras conducía; `` ¡A mi me gusta la velocidad! ¿A quién no? ´´

 Me dirigí al instituto que ya quedaba ahora a tres metros entre mis pies y la puerta... Entré confundida desconectando los auriculares de mis oídos y apagando la canción que escuchaba entretenidamente... Miraba descontrolada hacia un lado y otro, avancé con prisa. Cuando me encontraba en la entrada pude contemplar gotas de sangre en el suelo, gritos de desesperación y alguien llorando dolorida. Me adentré algo más cerca; había dos pasillos opuestos, taquillas en la entrada  y entre estos montones de carteles pegados y delante mía el cuarto del director y la sala de profesores... A la esquina estaba la enfermería que ahora se encontraba cerrada por ser menos de las nueve, la biblioteca se encontraba entre las clases donde también destacaban los servicios y las demás salas pintadas de color nuez y miel...

Cuando me encontré en el centro del pasillo opuesto del izquierdo reconocí a Ilian... Parecía dolida, pálida, asustada y frustrada. Me pregunté porque estaría recostada en el suelo con un puñado de personas a su alrededor. Era ella la víctima. Me adentré al centro apartando a todos con brusquedad; estos en cambio no respondieron agradablemente mi acción y me miraron con cara de pocos amigos.  

Ya que estuve en el centro pregunté a una chica que le miraba con lástima y desánimo. 

- ¡¿ Y esto, que le pasa?!

- ¿ Y tienes la poca verguenza, de venir aquí y...? Contestó esta entre gritos y terror mirandome con crueldad

- ¡¿ De que hablas?!

- Eres lo peor que pude conocer durante todos los años de mi vida. Con eso lo digo todo. Respondió mirándome con desagrado y frialdad

Me levanté confundida, ahora me dolía la cabeza y temblaba. No podía pensar... Me dirigí a Anne, mi compañera de clase

- Anne, ¿q-que ha pasado? Respondí con disgusto y amargura

Me mira con desconfianza y me responde alejándose lentamente

- Es-mejor-que-no-te-acerques-a-mí... 

No entiendo su reacción y paso desapercibida ante esta buscnado con la mirada a alguien más franca. 

Pronto ví a Mia hermana de Lujan y me dirigí a ella con el consuelo de que me explique lo que pasaba.

- Mia... Le dedico una mirada extraña

- Serena, te culpan de todo esto... ¿Le has quemado las manos? 

- ¿Como?

Permanezco unos segundos en silencio y respondo confundida

- No, no, no.

Me dirige una mirada de consuelo y desengaño. 

- ¿Me puedes explicar que es lo que ha pasado...? Por favor

- Pues dice, que anoche fuiste a su casa y la amenazaste con quemarle las manos, y esta mañana mientras se dirigía aquí la...

Quedo en estado de shock y sigo mirándole con ojos como platos

- Imposible, imposible es imposible. Respondo aún con ojos como platos

- Estabas sonámbula. Dijo con desagrado

- ¡No! Hace mucho que... Además no le haría nada semejante a nadie...

Me dirigí después de la conversación a Ilian quien se encontraba ahora encima de la camilla de la ambulancia y la contemplo hasta soltar.

- No te hice nada... ¿Por qué me acusas?

Esta no responde me mira con cara de inocencia y terror y no parpadea.

Estaba tan confundida como nunca quise quedar, no podía nunca hacer algo parecido, es verdad que en la noche anterior la recordaba constantemente pero no había estado en su casa... Y menos sonámbula

Alguien me toca la espalda y me doy la vuelta para comprobar quien es. 

- Eres terroríficamente mala y a la vez genial. Me encanta tu voluntad y fuerza, eres admirable... Me dice Laia; una chica de clase

Le miré con cara de pocos amigos y con seriedad. 

Me dirigí a mi casa corriendo, allí todo volvería a la calma... Grabamos todo lo ocurrido durante la noche, desde que ocurrió el robo de una vecina...

Toco la puerta con impaciencia, podría confirmar que los vecinos creerían que estoy loca o algo por el estilo. No se abre, nadie abre. 

<<POR FAVOR, QUE NO SE HAYA MARCHADO>> Suplico desesperada

Oigo el teléfono sonar desde el salón y alguien baja corriendo las escaleras, veo el reflejo de mi madre y contestando.

- ¿Diga?

- Sí, se lo diré. De nada. Responde después de unos instantes de nuevo

Sube de nuevo arriba sin prestar atención a su alrededor con prisa y vuelvo a tocar desesperadamente la puerta gritando

- ¡Mama, abre la puerta!

La oigo de nuevo bajar con desesperación y abre la puerta mirándome confundida secándose el pelo y con el traje de ducha puesta.

- ¿Serena? Pregunta mientras la adelanto y subo corriendo arriba dirigiéndome hacia el desván. Aún me siento mareada y siento como si caminara en zig zag. Antes de estirar la mano para abrir la puerta de metal gruesa y dura escucho un ¡paf!

Sí, confirmado. Soy yo. La víctima del golpe contra la puerta. Escucho a mi madre gritar mi nombre subir las escaleras con prisa y tomarme de los brazos, llevarme hacia la habitación más cercana, en este caso la mía. 

 Siento un dolor profundo en la cabeza un abujero en mi cabeza que envía puntos rojos llenos de dolor a todo mi cuerpo. Me duele también los huesos, la muñeca... Todo lo que pueda incluirse en el cuerpo humano. 

Un olor desagradable pasa por mi nariz y me vuelve a la normalidad aún notando los dolores del cuerpo y los puntos rojos volando sin detenimiento por la habitación. 

- ¿Serena, estás bien, te duele algo? Respóndeme por favor. 

Asentí con firmeza levantándome con ayuda del cabecero.

- Completamente. 

- ¿Por qué has vuelto de...? 

Pude explicarle todo lo sucedido, confirmarle una y otra vez mi inocencia, como la de un criminal juzgado por el juez. Después le dije que tenía que levantarme y me retenió contestando. 

- Espera, ¿estás sangrando? 

Me toqué la cabeza y mis manos estuvieron empapadas de sangre mientras esta seguía callendo a gotitas en el suelo. 

- No será nada... Dije con desagrado y despreocupación temblando 

- ¿Y donde crees que vas? Espera aquí te prepararé un calmante

Cuando se fue me levanté aún con el mismo dolor del que padecía antes, ahora no tenía que fingir podía respirar como si fuese asmática... Me faltaba aire, respiraba profundamente y luego aspiraba, volvía a hacerlo una y otra vez... Pero no podía calmarme.

Volví a mirar desconcentrada hacia el desván y me desplace a este sin ruido alguno que pudiera alertar a mi madre. Me paré varias veces al sentir marearme y caerme de nuevo, pero luego volví a centrarme en lo deseado o quizás necesitado.

Me senté en el suelo al lado de la puerta de metal esperando el momento oportuno para volver a levantarme y olvidar el dolor que seguía transcurriendo por mi cabeza, disminuyendo por mi cuerpo. 

Tras unos instantes aclaré la situación y levanté de nuevo. Abrí la puerta con atención y esta respondió con un crujido desesperante y ruidoso, esperé de nuevo un rato y entré cerrando la puerta detrás lentamente. 

Dirigí la mirada hacia la esquina más profunda, donde se encontraba el ordenador. La miré con desilusión, otro suceso maligno ahorrado para el rincón oscuro... 

Me desplace con cuidado para no volver a caer en manos del mareo y agobiarme de nuevo y tener que respirar profundamente. Después de calamarme o poder intentarlo y no superarlo me senté en la silla más cercada que pude contemplar, parecía que hubiese corrido en una carrero cuarenta kilómetros o más. Me sentía demasido cansada, frágil y floja.

Acerqué mi mano hacia el interruptor y lo apreté con la máxima fuerza que me quedaba; nada. Pude contemplarlo durante algunos instantes y volví a mirar la pantalla que emitía colores distintos a medida que aceleraba en su inicio, seguí prestando atención hasta que esta me dio la bienvenida. 

<< TODO ES MENTIRA, TODO ES MENTIRA>> Susurraba lentamente mientras sentía el crujido de mis piernas al estirarse y el temblor de mis manos acelerarse. Sudaba como lo hacía en pesadillas, lo que era frustrante en la realidad.

Apreté con firmeza el ratón dirigiéndolo hacia las cámaras y esperé durante algunos minutos para que se pudiese cargar completamente, aunque carecía de tiempo como para regalarlo. Después pude elegir entre muchas... ``15/1/2013´´

Ahora pude vaciarme de todo tipo de estrés y pude atender con dificultad la fecha. 

<<Uno, dos, tres y...>> Conté siguiendo con el ordenador mientras este se cargaba de nuevo. Una lucecita se puso en verde anunciando que el vídeo ya se había cargado y apagando los programas que estuviesen abiertos para comenzar a ver el vídeo...

Y ¡Paff! mis esperanzas, la inocencia que habitó tan poco en mí, la bondad de mi mundo y mi pobre alma ahora arrojada por un acantilado estuvieron observando como Serena la vil y maligna humana salía por la puerta de casa a media noche. 

Confirmado. Asesina en serie. ¿Que ser maligno habita en mí, que humano podría hacer algo tan descabellado como lo que fui capaz de hacer anoche? 

Lágrima tras lágrima inundaron mis mejillas tratando de ser finas y largas estas provocando en mí el dolor más profundo nunca sentido, el dolor de sentirse mezquina, vil y descabellada... Todo era negro, feo de nuevo... Como anoche cuando soñaba con aquello... 

Oí más allá del dolor y el grito de mi alma a Elia subiendo las escaleras y dirigiéndose a mi habitación. Gritaba mi nombre y suplicaba que no me pasase nada malo. Hasta que pude oír de nuevo su respiración y sus pisadas con fuerza en el suelo causando en esta intranquilidad y estrés acumulado. Su mirada era aturdida y disgustada, me miraba con desconsuelo y rápidamente sin dudarlo pudo dirigirse a la pantalla y observarme de nuevo... 

Se dirigió a mi con un abrazo que quise que fuese eterno... La retení cuanto pude, fue ella quien puso fin a aquella caricia. Luego me miro a los ojos aún aturdida, pude sentir un amargo sentimiento rondando en su mirada y aterrorisándome... Era mi madre, ¿como podía mirarme así? Se suponía que debía consolarme gritarme una y otra vez que todo pasará y que nada de lo ocurrido me hará daño... Palabras bonitas para apoyarme... Espere unos instantes, pero nada, seguía mirándome aterrorizada... En su mirada seguía reinando el miedo y disgusto. Se avergonzaba. 

Levanté y puse fin a su sentimiento el cual me resultó muy amargo. Le miré de nuevo con desprecio y dolor... Esta humana siguió mirándome con descortesía por su parte y se levantó del suelo poniéndose en pie con franqueza. Pude atreverme en ese instante de reprocharle su poco apoyo amistoso pero en lugar de aquello me dí la libertar de marcharme de allí sin retenimiento alguno de nadie en concreto. 

No supe donde retener mis pasos... Caminaba sin destino alguno... Mi mente se encontraba en el planeta de la nada. Solo me daba cuenta de que en veces algunos se paraban y me miraban con terror, otros en cambio pasaban desapercibidos y seguían su camino, quizás con más problemas de los que padecía... 

Miraba una y otra vez al suelo y luego al cielo, eran los únicos lugares donde podía concentrarme y olvidar lo que me rodeaba... Pero poco podía durar mi fantasía, se rompería todo de un chasquido de dedos o quizás en este caso en un solo paso retenido. Cuando por fin me senté en el suelo, o en este caso en la acera pude contemplar un vacío más que frío... Pero luego me fije  en la realidad que me rodeaba... Estaba en la puerta de un hospital... ¿Qué hacía allí? ¿Que me hizo parar precisamente es un hospital? La simple necesidad o quizás simple casualidad

Después de aclarar la situación pude notar unos dedos cálidos sobre mi brazo... Un susurro y lamento

- Serena, ¿estás bien, que haces aquí? 

Me di la vuelta y pude ver aquel rostro... Me avergonzaba de mí misma, la pinta que debería de haber tenido en esos instantes eran monstruosos, además de que ni con pintas monstruosas o con pintas normales hubiera querido ver a nadie en aquel instante de mi corta y fea vida. 

- Ven levanta, ¿que te pasa, por qué estás...? 

Pude contemplar sus ojos... Su mirada... Era horripilante, menos que la de Elia. Era dolorida, afectada por algo sucedido... Me contemplaba como si estuviese mirándo al mismísimo monstruo de Canbridge. 

- Señora Galarza... 

Le mire con timidez y me respondió con una enorme sonrisa en el rostro... Respiré hondo mirándo al suelo, y escapando de su rostro. 

- No tienes que... 

- Pero... ¿Te has enterado? Respondí con frialdad

- ¿Del accidente de Ilian?

- ¿Accidente? Pregunte mirándola con fastidio

- Está confundida, lo ha malentendido... No fue un accidente. 

- Sé que fue un ACCIDENTE. No tienes que añadir nada más. Dijo con otra sonrisa amistosa rondando por su rostro alegre y a la vez dolorido

- Sé equivoca... No fue un accidente, yo le... Le corregí mientras otra lágrima salpicaba mi rostro inútil

- Seguro que habrá una explicación para lo ocurrido. No te preocupes, anda no seas tonta. Dijo esta secándome las lágrimas y abrazándome 

No sabía que responder ante lo sucedido, era lo más raro que pudo haber ocurrido jamas. Se suponía que esta debía de acusarme más de lo que merecía, gritar me que era lo más feo nunca existido... 

Elia debía de haber ocupado su puesto... Debía...

- Vamos... Seguro que todo se aclara. Volvió a añadir ofreciéndome entrar

- No... No creo. Me siento frustrada y algo arrebatada.  

- Vamos, no te hagas de rogar. Vaciló

Asentí con frialdad, secándome las últimas lágrimas que se deslizaban por mi rostro pálido y muerto. 

Cuando entramos pude ver como se oían en el hospital gritos, lamentos y felicidad... Debían ser los lamentos de los familiares perdidos, la felicidad de alguien unido a este mundo... Respiraba un aire diferente, sobrenatural, raro... Era esa clase de olor en la que caes profundamente dominado por cualquiera, con tal de que sigas respirando... Respirando... 

Caminamos tres pasillos girando a la derecha e izquierda constantemente; las paredes estaban pintadas de colo añil y el suelo bañada de un color argél plata... Había enfermeros, doctores, pacientes entre los pasillos, corriendo, caminando con fuerza o hablando entre ellos con atención. Podía escucharse el quejido de algunas habitaciones, el llanto de recién nacidos corría como el viento por el edificio y los ancianos se encontraban en sillas de rueda entre las esquinas con el traje de paciente y caras pálidas arrugadas y doloridas... Nefastas sonrisas, mimos superficiales... 

Cuando por fin pudimos pasar silenciosamente nos encontramos en frente de un mostrador en el que descansaba inútilmente timbres, papeletas entre algunas destacaban las de letra roja grande y ancha ``FUMAR PUEDE MATAR´´ ``CUIDA TU SALUD´´ O simplemente en letra negrita llamativa y cursiva; ``NO TOMES COMO EJEMPLO A ALGUIEN QUE NO SABE COMBATIR SUS ERRORES´´

Nunca antes había apreciado semejante dicho, no era ese el tema que se contemplaba en las papeletas de hospitales. 

... Detrás de estos se hallaba una mujer alta, morena y con los ojos negros y saltones, vestía una falda negra encima de las rodillas, camisa blanca corta acompañados de unos suecos negros. Esta atendía a una pareja que parecía estar feliz, ya que se miraban de reojo y sonreían constantemente. La señorita morena les sonreía constantemente y respondia con agrado y cortesía.

- Lo mismo digo. Perfecto, podrán concederle la petición

Parecían amigos, personas que se conocían entre sí. Tras unos minutos entretenidos y desagotantes pude contemplar de nuevo a una enfermera madura que paseaba a un anciano en una silla de ruedas.  

- Serena, ¿quieres entrar? Me pregunto la madre de Ilian, mirándome con franqueza y firmeza

Le mire durante unos segundos hasta comprender su bondad. Dudé en momentos... 

- ¿Usted cree que pueda? Respondí levantando los hombros

- Por supuesto. Dijo sonriendo

Me di la vuelta a punto de entrar en la habitación y esta añadió

- Serena... 

Di media vuelta y la mire de nuevo.

- Llámame Angie, no me trates de usted, no soy tan mayor. Añadió finalmente con otra sonrisa amistosa y divertida

Asentí sonriendo y entre en la habitación. 

Cerré los ojos con fuerza y abrí la puerta con lentitud... Aún seguía con los ojos cerrados... Finalmente los abrí lentamente y pude escuchar los pitidos regulares de la esquina más profunda. 

Y ya pude contemplar la realidad que rodeaba la situación que imaginaba mi mente solo con el olfato y los oídos... Era algo más real que fantasías...

Allí estaba su rostro pálido, dolorido y desvergonzado, observándome como la mayor de las inútiles y la peor humana jamás vista, su mirada prometía más que los de una víctima que huye de su asesina... Sus ojos parpadeaban regularmente y se notaba como tragaba saliba con precaución... 

Seguí su mirada contemplando cada movimiento realizado, pudiendo encontrar algún consuelo o tal vez perdón. 

Avancé un paso y me miró con inocencia, se le había borrado del rostro ese odio, ese rencor desprendido manchado. 

Avance nuevamente otro paso más y me miró con lástima quizás terror. 

Otro paso más y lanzó rápidamente de sus labios pálidos y finos.

- ¡Deja de avanzar! 

La miré con inocencia y le dije con tono bajo y avergonzado.

- L-lo siento

- Eres asquerosa, horrible, inútil, maligna, vil, desagradable, asesi...

De repente la interrumpió Angie entrando a la habitación con rapidez y griñéndole.

- ¡Ya basta! ¡Cállate!

Tras unos instantes le miró con inocencia y añadió

- Ilian, no debes de ser tan horripilante, cálmate. 

- ¡No puedo! No es a tí a quien le quemaron las manos... ¿Por qué no decirle lo que pienso? Añadió con amargura y frialdad

- Acaso ella, pudo haber parado cuando me quemó las manos o me amenazaba. Es una asesina, todo lo desagradable que puede haber sobre la tierra. Añadió con odio mirándome como si quisiera comerme

- Ilian, yo... Lo siento, no quise hacerte daño, estaba sonámbula compréndeme. Dije limpiándome una lágrima de muchas desprendidas

- Pero lo hiciste, me has quemado las manos, y solo tú eres la responsable. Respondió mirándome con asco 

- Mira, ¿ves estas manos quemadas, acaso algo puedo hacer para sanar las en este mismo instante con tus lágrimas y disculpas? 

- Ilian, ya basta. Repitió Angie

Transcurrieron unos minutos... Ella me miraba a mí con odio, asco y rencor, y yo a ella dolorida e inocente...

- Fuera, lárgate de aquí asesina. Dijo en el silencio desagradable que se desprendió por la habitación

Miré a Angie y después salí con lentitud de la habitación contemplandola.

Ya nada importaba, los problemas no importaban, Ilian no importaba, Elia tampoco importaba ni siquiera yo importaba... Era eso lo que podía pensar me sentía como si una manada de lobos me hubiesen devorado, hubiera estado mejor de haber sido deborada. Nada tenía sentido, porque nada tenía la razón. Da igual me hubiese encantado ser yo o también ser el gato de la vecina, en ese momento todo valía, todo era aceptable...

No podía diferenciar lo malo de lo bueno, lo perfecto de lo erróneo, lo negro de lo blanco ni lo frío de lo cálido... Caminaba entre la muchedumbre, revoloteando entre ellos como una aguja en un pajar. No quería ser vista por nadie... Por nadie que se le llamara persona.

La necesidad de ser alguien me condujo de nuevo a la habitación donde se respiraba ese silencio profundo y acogedor... Entre sin permiso, no tenía que hacerlo... ¿Por qué iba a hacer algo semejante?

Entré sin darle más rodeos, sin pensar. Y miré fijamente a mi mayor enemiga, a la gozadora de mis desgracias. Me miró con odio y serenidad, sin preguntarse que haría de nuevo allí... Creo que sabía que vendría, es más, estaba segura de ello... No tenía que recorrer cada rincón de la habitación para darme cuenta de que Angie no se encontraba, estaba sola... 

La rabia empezó a acumularse en mi ser, poco a poco, lentamente... Pero todo tiene un límite. Alguien toco la puerta y abrio con lentitud, me observó durante varios segundos dubitativa y luego me preguntó.

- Serena... ¿No te ibas? ¿Quieres que te acompañe? 

Le miré, le contemple y le suplique en silencio... Pedía que me sacara de allí cuanto pudiera sin que pudiera yo hacer algo de lo que me arrepentiría, o quizás no, gozaría...

Planeé dirigirme a Ilian y estrangularla... Pero opté por ser bondadosa con Angie y conformarme con manejar las acciones que podría ejecutar... Verdaderamente me encontraba; asustada, nerviosa y defraudada... Me sentía de todos modos menos el adjetivo; bien. La miraba con frialdad y pensativa, durante minutos. Parecía que hubiera quedado en estado de shock, solo era capaz de mirarle a los ojos y callar sin parpadear. Ellas por el contrario me miraban con curiosidad, como si contemplaran algo con valor y dificil de observar... Les costaba mirarme, era como si estuvieran observando a alguien invisible... No podían saber en donde estaba psicologicamente, solo contemplaban la concentración de mi mente con algo irreal. 

Después de haber experimentado la situación más catastrófica de mi existencia pude obtener el placer de despertar de lo irreal. ¿Por qué no lo habrían hecho ellas? 

Aúnque me encontraba mentalmente de vuelta a la realidad seguía mirando co incredulidad a Ilian, ellas aún seguían poseidas por mi ser. Nada era igual que antes, podía intuirlo... Era fácil de distinguir puesto que en esta ocasión era yo la idiota y ellas las humanas que solo podían distinguir cuando desaparecia la cordura de alguien que nunca fue algo... La cordura era algo que yo nunca había estado segura de padecer, es más, había ocasiones que pensaba que mi cabeza estallaba e imaginaba hechos que después de crearlos creía que eran reales y corría a averigualo; como por ejemplo cuando pensaba que Michelle estaba de vuelta en su habitación sonriendo y escuchando música en alto... 

Aquellas palabras... Ese vocabulario tan distinguido, bello y exquisito... Era par mí un misterio que no podía intuirse al minuto o incluso a las muchas horas de rebuscar en él. Era el idioma con más dificultad entre todos aquellos, era el que más dificultad se le asignaba puesto que no era igual que todas los demás. El era inconfundible por su refinado pronunciamiento, único en su especie; las letras que la formaban eran insignificantes para cualquier ser. Pero además de la dificultad y lo refinado que era el habla y lo escrito era hermoso ante todo lo existido... Por su delicadeza, su valor y sentimiento... No era su palabra la que la hacía superior ni tampoco su pronunciamiento distinguido, era lo delicado que era el sentimiento que cada uno podía ofrecerle... Solo aquel que lo aprendía desde su infancia y era otro ser semejante a él el que se encargaba de difundirlo para hacerlo grande y conocido, difundir el placer que se sentía al probarlo era el que tenía la prestigiosa oportunidad de poder interpretarlo...  Y era este el ser que lo hablaba a nivel aceptable para satisfacer a otros que solo podían disfrutarlo por su oído, de poder tener la suerte de escucharlo y diferenciarlo de otro sin tanto valor... Los otros eran una mezcla superficial que inventaba el hombre probando de especias naturales sin conseguir atrapar la fragancia de esta lengua... Ninguno podía superarle ni menos aún decir que su habla era aceptable y no una verguenza al lado de esta. Esa lengua tan hermosa, refinada y con tanto valor era la fuerza del hablante. El ser de cada uno de ellos, ninguno de los demás podía admitir poder interpretarlo como tal, solo aquellos son los que saben del saber... 

Nada era yo... Yo no era nada. Podía intuirlo, lo intuía desde el principio del comienzo... Los alguien carecían de vacío y padecían de nombre, personalidad y ser.... Yo en cambio no era alguien, caderecía de voluntad propia y de nombre... Bueno, de nombre no, porque me llamaba ``nada´´

¿A caso alguna vez fui alguien aceptable para llamarme simplemente ``alguien? 

Así era todo; pálido, frío y vacío... Tanto que me era imposible diferenciar lo bueno de lo malo, lo feo de lo hermoso y lo interesante de lo aburrido. Ahora ya nada era igual que antes... O era yo la que ya no era como antes... Estaba segura. Alguien de los dos había cambiado

No estaba de acuerdo con todo lo que me rodeaba, discutía por cualquier tontería con tal de poder estar mal y no saborear la serenidad. ¿Ningún ser estaba obligado a estar conmigo, y como es que no lo sabía desde el principio? De haberlo sabido hubiera permanecido sola durante toda mi existencia sin poder tener problemas... Al menos no sociales...

Hoy es día mañana será nuevamente día, ¿y que más da? Dentro de algunas horas será noche y nuevamente durante más horas será día, pero... ¿Y que más dá?


2 comentarios:

  1. como estas, dime todos son tus escritos???

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  2. Hola :D
    Muy bien, gracias. Pues sí, todos lo son, son capítulos de una novela en la que trabajo por ahora.
    Saludos

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