En este momentos, durante estos instantes, en este justo período de tiempo estoy escribiendo.
Y tú, precisamente tú, me estás leyendo.
¿Lo comprendes verdad?
Bien.
¿Alguna vez te has cuestionado que haces en este lugar? Sí, sí, tú, no te voltees. Sabes también que consumes mi misma sustancia, ya sea agua... y, mi mismo gas, oxígeno.
Ambos compartimos tantas cosas, como... tan pocas.
Tú que me miras de reojo, con ira o con calma, pero me miras y yo... yo, ¡bah!, yo también lo hago.
Me miras con arrogancia, superioridad, idiotez... ¡te crees estupenda!
Pues no, chica, siento decirte que nada de eso, no eres más que otro cuerpo sobre este lugar, eres tan común y simple por tu presencia que me causas hastío.
Asientes, sí, lo haces más convencida con fuerza e ímpetu, pero a mí eso me tiene sin cuidado, puedes ahorcarte.
Por lo que... ¿me harías el favor de largarte de este lugar tan privado y esencial para mi persona?
P.D: no te ofendas, pero no te soporto
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