martes, 21 de mayo de 2013

LO PROMETO: PARA SIEMPRE


La música de fondo la protagoniza en todo momento Adele. En este momento la canción que suena es la <<One and Only>>.
Me aparto del lugar de donde se encuentran Nicolas y mama, camino hacia adelante buscando un lugar donde cobijarme. Me siento frustrada. Algo hace que me agite. Ya que la última vez que escuché a la cantante no fue en condiciones normales. No. En absoluto.
Con la copa entre las manos me desprendo de ella dejándola simplemente sobre una mesa, comienzo a caminar disimuladamente más deprisa. Por suerte, siempre llevo conmigo lo exclusivo. Comienzo a querer largarme de este maldito lugar de inmediato. Siento que algo cálido asciende por mis pies, lo ignoro… creyendo que de esa forma podrá ayudar a que no esté allí, a que no llegue. Lo enciendo, dejo que se desgaste por la pequeña llama que empieza a consumirlo.
Las lágrimas bajan.
Lo inspiro… lo hago en más de una ocasión. La quinta es cuando ya en mis oídos desaparece la melodía anterior para sumergirse la de <<Someone like you>>. Me dejo caer sobre el retrete... Me fundo sobre este, y susurro su nombre. Me permito hacerlo en más de una vez. Nadie puede contra mí más que él. Cierto.
¿Y si una mariposa lucha con meterse dentro de tu pecho?
La retendrás entre tus manos. La estrujarás con fuerza y finalmente… te la comerás para que llegue al lugar donde quiso antes llegar…
¿Fueron sus palabras? No se sabe.
Quisiera saber que fue lo que quiso decirme en el último momento, en el último instante, en el que su alma se evaporó hasta convertirse en un hallazgo. Quisiera… pero tampoco se sabe.
¿Cuál hubiera sido su recetario para luchar contra la pena? El hubiera querido dejarme algo… oh, ya se, ¿hubieran sido sus dulces de canela?
Le doy una última calada. Pensando en que fue lo que quiso decirme con eso de:
``Mira el cielo y deja que él te mire a ti´´
Intento respirar hondo, una y otro vez. Pero sin querer, dejo que el tabaco que aún contento entre mis dedos me chamusquen la piel. No siento dolor como la vez pasada. Aquella era la primera, además fue un matiz Esta, no. Termina la canción y empieza a sonar otra… <<Make you feel my love>>
Me desprendo del elemento, tiro de la cisterna y me encamino hacia la salida. Aún sujeta entre mis pensamientos, me limpio una de las lágrimas. Alguien choca contra mí al salir, ambos torsos se entumecen. Para ser un hombre… pero… Levanto la mirada al dibujo de la puerta dispuesta a protestar, pero si es de caballero… dios, que vergüenza.
Estoy a punto de pedirle disculpas, levanto la mirada hacia su rostro aún oculto. Me paralizo mental y físicamente, me contengo mientras me erizo. Alza una de sus cejas en expresión burlona. Muerdo disimuladamente el labio inferior. Un qué haces aquí se lanza contra mí. Me encojo de hombros y le hago la misma pregunta, pero mi voz se escucha algo decaída y sin intensidad.
La sonrisa desaparece de sus labios y me pregunta si lo he vuelto a hacer. No le miro. Su mirada me daña, quema cada zona de mi piel. Y eso, no es precisamente bueno.
Intento esquivarlo y desaparecer, pero es más ágil o simplemente soy yo la que está más debilitada. Me agarra de la muñeca y… mierda, me ha dado en el punto más débil físicamente hablando, en el chamusco que se formó hace un par de minutos. Dejo salir instantáneamente en apenas un susurro un grito de dolor. Aparta su mano rápidamente e inspecciona la zona. Lo penetro con la mirada mientras siento su mirada pegada a la parte inferior de mi muñeca. La quito de inmediato mientras su ruta empieza a surgir para llegar a mis ojos. No consigo ver la esencia en sus ojos. Ya no es nada común.
-         ¿Por qué lo haces?
Sus ojos parecen delatar enfado.
No lo miro, permanezco en silencio, sin decir nada más que mi propio silencio.
-         No, no lo hagas más. ¿Sí?.- Me pilla de las manos con sumo cuidado y lo dice en tono dulce.

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