viernes, 19 de julio de 2013

SIMPLEMENTE

Hoy no es un día cualquiera.
Hoy no es una noche cualquiera.
Hoy tampoco es cualquier momento.

Hoy es el día en el que todo me sobra y solo algo me falta... se resumiría en un simple te necesito o tal vez en un te extraño, aunque simplemente bastaría con una mirada para saber que esas palabras se reflejan en sí mismas. Esas, como tantas palabras, optan de un significado propio y dejan atrás el verdadero. Asientes... pero no sabes lo cierto que se me hace decirlo, tanto que lo siento agrio. Es tan fácil como retomar el camino cuando apenas estás apunto de caerte y solo una pluma deslizarse entre el espacio bastaría para derrotarte. No es calma ni ansiedad, palabras distintas. Es otra... Claro, no lo entenderías como tampoco entiendes mi sollozo silencioso. Ese suspiro lánguido que se oye no hace más que repetirse en cuanto no puede parar. Todos lo ven, todos lo sienten... pero nadie actúa en contra ni en conjunto. Cada uno olvida quien hay atrás. Todos están al tanto del de delante. Nadie lo hace…
Tanto que hasta creo que se oyen las pisadas de la noche, el maullido del gato del callejón oscuro y solitario, el rumor del viento… la sed de la noche ansiando sentir lo húmedo traspasar su garganta, como si fuese lo prioritario. Tú sabes lo que está lejos y cerca, y aunque no quieras aceptármelo, lo vas a comprender, cenizas harán fuego cuando ya acabó… porque lo realmente importante no es simplemente dejar atrás las pisadas, ni olvidarse del gorjeo, escapar del viento, ansiar el agua ni escapar del fuego.

viernes, 7 de junio de 2013

GÓTICO ROMÁNTICO

¿Quién nunca se ha parado a reflexionar sobre un gótico? 
¿Quién no se ha fijado en cada detalle de su aspecto? No os ha sorprendido su palidez, o quizás las cadenas de cruces que llevan fijadas desde el cuello hasta la nariz como piercing, o el maquillaje tan oscuro que los caracteriza... (aunque verdaderamente todo lo hace) Pero... ¿y que hay de sus pensamientos? ¿Qué enigma es ese que suele rondar por sus mentes? 


Gótico es el primer romántico. También,
paradójicamente, es el último escalafón del romántico.

Cuando se transforma, es capaz de escuchar el rumor del
mundo: la noche brilla con una intensidad casi
enloquecedora, se oye el barullo del insecto sobre la hoja,
la estatua parpadea . El vampiro es extremadamente frágil.
El mundo lo avasalla y lo mata. Por eso él se apaga,
se esconde, se repliega. Es un fóbico. Solamente un
hambre muy intensa puede sacarlo fuera.


Para el gótico el mundo es una herida hiperrealista.
En la luz, en los colores, en la belleza, en los paisajes (no
dejará de advertirse la naturaleza estrictamente visual),
hay algo agresivo, doloroso. Las cosas, iluminadas por la
luz eleática e inexorable del sol "astro obsceno", son
masivas, aproblemáticas, imponentes, rotundas. La luz
directa es la muerte o la locura.

miércoles, 22 de mayo de 2013

GAME OVER



El mundo es insensato, absurdo, contradictorio e irracional.



Permaneció intacta en ese espacio brusco y capaz de desorientarte aunque hayas pasado por él en más de una ocasión, incluso pudo recordar como en los casos anteriores recorrió la misma acera buscando su destino.
Sintió como una gota húmeda, caliente casi incandescente recorría su nuca, bufó mientras se tocaba tal zona para calmar las punzadas que comenzaban a surgir gracias al contacto del sudor con su piel, la gigante bola de fuego que descansaba con arrogancia sobre el horizonte y el estrés junto al cansancio que había conseguido sentir gracias a los días anteriores en los que Denis la había machacado.
No solo era su jefe, guardián ó todo lo referente a cruél poseedor, era mucho más que eso, demasiado diría ella. Era su sumisa.
Todo el que mantenía algún tipo de relación con aquel ser, en este caso trabajadora del hogar, estaba encarcelado de por vida. Pero ella era fuerte, sabía que era lo que debía hacer y que no para mantenerse con vida. Había aprendido durante ese largo transcurso de su existencia más de un lema. El principal; ``no toda progenitora se hace cargo de sus crías´´.
Cada vez que recordaba tal frase, una imagen resusitaba en su mente; la de un cisne al que todos ignoraban.
Sintió como el corazón machacaba su pecho, sintió como la sangre empezaba a arder por su cuerpo y como retenía entre sus pestañas esas gotas traicioneras que amenazaban con salir en el peor de los momentos.
Suspiró sonoramente y a continuación se animó sosteniendo entre sus manos su corazón, lo mimó de tal forma que en cuestión de segundos ya volvía a recuperarse parcialmente.
Esa sensación de melancolía la invadía cada vez que esos frustrantes recuerdos volvían por sí mismos.
Desolada, se encontraba completamente destrozada, tanto interna como físicamente. Pero estaba acostumbrada, podía vivir con ello, aún inspiraba y espiraba, aunque con un nudo en la garganta, y ya ello suponía todo un reto.
Volvió a mirar hacia la autopista, esa alborotada y tóxica autopista aún seguía impregnada de esos trastos llamados coches.
Divisó varios vehículos, para ser exactos cuatro, pero solo uno consiguió llamar su atención. Un hombre de entre cincuenta y sesenta años, panzudo, bigotudo y muy malhumorado era el dueño de un Land Rover.
Lo miró con más atención, se fijó en como se desplazaba su mano derecha hacia el freno de mano, luego sus mejillas se tornaron de un rojo intenso y, sin importarle nada, se salió de la autopista.
Pasó justo en frrente de la chica, hizo ademán de atropellarla, sonrió picarón y destrozó toda la poca vegetación que quedaba en el lugar con tan solo un aceleramiento, ni siquiera pareció costarle ni el más mínimo esfuerzo.
La joven, por el contrario alzó las cejas como signo de furia, pero no se molestó en lanzar palabras feas que luego el viento se encargaría de eliminar, había aprendido también que la saliva es una sustancia que era solo utilizada para casos valiosos, necesarios.
Se sobresaltó al instante y por suerte, su organismo supo manejar la, saltó literalmente de la acera y dejó paso al panzudo que desapareció del lugar en menos de un instante
Había perdido la noción del tiempo, la curiosidad era algo que no podía dejar atrás, media hora exactamente localizó mirándose el reloj que llevaba en la muñeca izquierda.
Se llevó las manos a rostro, así impidiendo la vista de la violenta sociedad que permitía sucesos como aquellos, intentando evadirse de la realidad.
No había consuelo por ninguna parte, todo era tan imperfecto que se consoló pensando con el mayor optimismo. Aunque a decir verdad, allí no había nada positivo.
Abrió los ojos y comenzó a caminar con sarcasmo, las piernas no le respondían, intentó hacer de la situación la más afable pero no pudo imaginar que bajo sus pies había rosas, tulipanes o claveles, ni siquiera había simples plantas verdes.
No pudo imaginar que en aquel espacio había melodía, tan solo había sonoridad.
No pudo imaginar que el aire olía a esencia dulce ni neutra, solo pudo inspirar ese tóxico aire que acostumbrada no le adquiría importancia.
No pudo imaginar que el mundo era una pequeña peonza con la que juega un niño, tan solo pudo ver una bala en manos de un asesino.
De manera inmediata una voz conocida reinó en su mente cuyas palabras fueron; <<Comprende, que eres un estorbo que creí servir en mi asquerosa vida>> <<Eres igual de inservible que yo>>
Comenzó a correr, involuntariamente, creyó ser incapaz de moverse,pero al contrario solo pudo dar saltos por el aire, tropezar en repetidas veces... para poder escapar de la humanidad.
Vió como todo se movía distorsionado, sintió como todo le daba vueltas aunque no se detenió. Observó un árbol que se encontraba en frente suya, vió como de sus ramitas finas y descuidadas caía una hoja amarillenta, danzó por el aire, el aire por su parte se tornó de un lavanda y del cielo pequeñas gotitas surgían.
Tras perder de vista al árbol solo pudo recopilar el agujero oscuro, angosto y animado que se hacía más ancho, estaba situado a unos diez metros de distancia al de su persona.
Pero no tuvo miedo, no sintió su corazón palpitar entre cuatro paredes apresado, no sintió como cada célula de su cuerpo se descomponía, no sintió tampoco sus dedos temblar al unísono con sus finas y cortas piernas.
Tan solo comprendió que cada nombre es antónimo de su dueño, era fácil, lo comprendía como nunca habia comprendido que nacer significa morir en el intento. Positividad Raudales, su nombre, no solo era su antónimo, sino que formaba parte del juego.

se dejó caer en el profundo y negro hueco que la esperaba y moviendo los labios pudo dejar salir un chirriante sonido que dió por terminado el juego. <<Game over>>

martes, 21 de mayo de 2013

LO PROMETO: PARA SIEMPRE


La música de fondo la protagoniza en todo momento Adele. En este momento la canción que suena es la <<One and Only>>.
Me aparto del lugar de donde se encuentran Nicolas y mama, camino hacia adelante buscando un lugar donde cobijarme. Me siento frustrada. Algo hace que me agite. Ya que la última vez que escuché a la cantante no fue en condiciones normales. No. En absoluto.
Con la copa entre las manos me desprendo de ella dejándola simplemente sobre una mesa, comienzo a caminar disimuladamente más deprisa. Por suerte, siempre llevo conmigo lo exclusivo. Comienzo a querer largarme de este maldito lugar de inmediato. Siento que algo cálido asciende por mis pies, lo ignoro… creyendo que de esa forma podrá ayudar a que no esté allí, a que no llegue. Lo enciendo, dejo que se desgaste por la pequeña llama que empieza a consumirlo.
Las lágrimas bajan.
Lo inspiro… lo hago en más de una ocasión. La quinta es cuando ya en mis oídos desaparece la melodía anterior para sumergirse la de <<Someone like you>>. Me dejo caer sobre el retrete... Me fundo sobre este, y susurro su nombre. Me permito hacerlo en más de una vez. Nadie puede contra mí más que él. Cierto.
¿Y si una mariposa lucha con meterse dentro de tu pecho?
La retendrás entre tus manos. La estrujarás con fuerza y finalmente… te la comerás para que llegue al lugar donde quiso antes llegar…
¿Fueron sus palabras? No se sabe.
Quisiera saber que fue lo que quiso decirme en el último momento, en el último instante, en el que su alma se evaporó hasta convertirse en un hallazgo. Quisiera… pero tampoco se sabe.
¿Cuál hubiera sido su recetario para luchar contra la pena? El hubiera querido dejarme algo… oh, ya se, ¿hubieran sido sus dulces de canela?
Le doy una última calada. Pensando en que fue lo que quiso decirme con eso de:
``Mira el cielo y deja que él te mire a ti´´
Intento respirar hondo, una y otro vez. Pero sin querer, dejo que el tabaco que aún contento entre mis dedos me chamusquen la piel. No siento dolor como la vez pasada. Aquella era la primera, además fue un matiz Esta, no. Termina la canción y empieza a sonar otra… <<Make you feel my love>>
Me desprendo del elemento, tiro de la cisterna y me encamino hacia la salida. Aún sujeta entre mis pensamientos, me limpio una de las lágrimas. Alguien choca contra mí al salir, ambos torsos se entumecen. Para ser un hombre… pero… Levanto la mirada al dibujo de la puerta dispuesta a protestar, pero si es de caballero… dios, que vergüenza.
Estoy a punto de pedirle disculpas, levanto la mirada hacia su rostro aún oculto. Me paralizo mental y físicamente, me contengo mientras me erizo. Alza una de sus cejas en expresión burlona. Muerdo disimuladamente el labio inferior. Un qué haces aquí se lanza contra mí. Me encojo de hombros y le hago la misma pregunta, pero mi voz se escucha algo decaída y sin intensidad.
La sonrisa desaparece de sus labios y me pregunta si lo he vuelto a hacer. No le miro. Su mirada me daña, quema cada zona de mi piel. Y eso, no es precisamente bueno.
Intento esquivarlo y desaparecer, pero es más ágil o simplemente soy yo la que está más debilitada. Me agarra de la muñeca y… mierda, me ha dado en el punto más débil físicamente hablando, en el chamusco que se formó hace un par de minutos. Dejo salir instantáneamente en apenas un susurro un grito de dolor. Aparta su mano rápidamente e inspecciona la zona. Lo penetro con la mirada mientras siento su mirada pegada a la parte inferior de mi muñeca. La quito de inmediato mientras su ruta empieza a surgir para llegar a mis ojos. No consigo ver la esencia en sus ojos. Ya no es nada común.
-         ¿Por qué lo haces?
Sus ojos parecen delatar enfado.
No lo miro, permanezco en silencio, sin decir nada más que mi propio silencio.
-         No, no lo hagas más. ¿Sí?.- Me pilla de las manos con sumo cuidado y lo dice en tono dulce.

domingo, 19 de mayo de 2013

QUÉ ESCUCHAR...

A todos nos gusta la música... ¿no es así?
Bueno, recomendaré a mis grupos y cantantes favoritos. Que mierda, recomendaré grupos y cantantes (los que conozco) que valgan la pena escuchar. 
Comienzo por Blue foundation, una banda danesa de alternative rock, cuya voz y compositora es Kirstine Stubbe. Las canciones que más me gustaron en especial fueron: Eyes on fire, Bonfires...
Pablo Alborán, que decir sobre este gran cantante de 23 años, entre sus canciones la que más me gustan son: Solamente tú, Tanto...
Alejandro Sanz de 44 años, otro gran cantante, sus canciones: Mi marciana, No me compares, Y si fuera ella...
Francis white con canciones como: Like a stranger, calipso...
Malú de 31 años, otra grandísima, con canciones como: Ahora tú, Blanco y negro...
... 
Y ya por último, dejando al descubierto mi favorita y más grandísima, Adele con 25 años: Someone like you, chasing pavements, rollins in the deep, one and only, make you my love, Set fire on the rain, Skyfall, Hometown glory... Y muchas más. 

¿Coincide alguna con tu prototipo de música?

viernes, 17 de mayo de 2013

Y SI NO TE GUSTA, LO CAMBIAS: ES FÁCIL


Dijo que un pétalo negro transmitía más que uno claro.
Ese hombre carismático, que al principio sus palabras me retaban y conseguían hacerme enflaquecer por dentro aunque nadie lo viera, el que me apresaba en una habitación y hacía que cada músculo se me contrajese  el que me llamaba Katrina… está sentado a mi lado, mientras mantiene su boca enlazada con la pajita de un refresco con espuma pastel.
Quita su boca del vaso mientras su mirada se aleja de mis ojos, extiende tímidamente el vaso hacia delante y finalmente vuelve a mirarme de reojo. Sus ojos a la luz del sol son de un olivo intenso, sobre su piel, crea también un efecto inhabitual, está más clara y poco a poco sus labios se van mojando gracias al contacto de su lengua por el contorno.
Me sujeta de la nuca de manera desprevenida, levanta levemente la cabeza y me succiona mis labios ejerciendo una presión no solo intensa, superior. Correspondo, aunque. su estrategia que parece salir con naturalidad, es más avanzada que la mía, no puedo igualarlo. Se aleja lentamente de mí y sonríe con los ojos oscuros. Le devuelvo la sonrisa y me sacudo el pelo alejando un mechón de mi mejilla. Agacho la cabeza para volver a colocar mi boca en la pajita, me doy cuenta de que las manos me tiemblan, me pongo más nerviosa avergonzada, y dejo que el líquido baje por mi garganta. Levanto la mirada un tanto conmocionada y me encuentro con una expresión totalmente diferente. Sus pómulos están marcados, sus ojos me inspeccionan con un desinterés extremo, en sus ojos se pinta una monotonía estremecedora, sus labios están algo separados y sus manos yacen sobre la mesa con desproporción. Completamente relajadas.
Quito la mirada dudosa. Siento el tacto de sus manos cálidas acariciar las mías con detenimiento. Trago saliva instintivamente, con la mirada perdida en el líquido salmón. Me llama la atención con su voz, serena, demasiado, dulce. Lo vuelvo a mirar, sonríe y supiro.
-         No parece que te gusten ese tipo de canciones.- Asiento y sonríe
-         ¿Y que tipo de música suponías que me gustaba?- Pregunto enlazando mis dedos entre sí
Se encoge de hombros.- Nose, no lo había cuestionado.
-         ¿No lo habías cuestionado?-
Niega con la cabeza juntando los labios de manera divertida y río.
-         ¿Y que te habías cuestionado?- Digo entre dientes, en apenas un susurro
-         Cosas…- Responde de manera inesperada, burlón.
-         ¿Cosas?- Pregunto con ironía acercándome más con la cabeza hacia delante
Asiente y repite parándose en cada sílaba, como si estuviera tentándome con el habla.
-         Cosas.- Se le forma un brillo intenso en los ojos, me agacho con ademán de besarle. Abre levemente la boca, doy el último movimiento hacia delante y lo esquivo en el intento.
Sonrío con sorna y paso el dedo índice derecho por el contorno de sus labios.
-         No lo hagas.- Pronuncio colocándome las gafas de sol e intentando esconderme de la presencia de Fabio, que parece entrar a la cafetería acompañado de una chica rubia

jueves, 16 de mayo de 2013

Mirar al cielo y que el me mire a mí


Las noches ya no son las mismas.
El término de estas, ahora  significa para mí, doce horas más en vela sucesivamente. Y claro, mi cansancio, al no dormir, me pasa factura.

En este mismo día del año pasado, no a estas horas, me encontraba encantadamente dormida sobre esta gran cama que tengo. También en este periodo de tiempo del pasado,aún competía en Baloncesto. Papa y mama no tenían pirujos. El tiempo me regalaba una oportunidad... No.
Definitivamente necesito un dulce. Esos que destrozas con cada mordisco, rozando
la lengua alrededor de ellos y dejando correr el fluido por los dientes hasta avanzar por la garganta y convertirse en un llameo insistente.
Esos... se llaman dulces de canela. Es mejor que cualquier otra droga que te suministran, es más dulce, potente y placentera. Al menos no salpicas, como lo harías con una medicación amarga, el líquido denso queriendo tragarlo y a la misma vez no hacerlo. Cierra los ojos, inserta la pieza y prepárate para el disfrute.
Eso es exactamente lo que mi imaginación recopila y con lo que mi lengua fantasea.
Pienso en que pasaría de hacerlo realidad en este instante, y las razones en contra se hacen numerosas. ¿Una de ellas? Son las tres de la madrugada. No hay nadie despierto para venderme ni siquiera una de ellas.
...Y, claro, temo en que en vez de sanarme haga todo lo contrario.
Ahora es el momento en el que mi mente se deja llevar y cierro los ojos poco a poco... al momento despierto de cual fue mi sueño no real, ya que, lo único que hice fue crearlo. Y se me da bastante mal, por cierto, intento hacer cualquier otra cosa, mirar al cielo y que el me mire, pero me doy cuenta de que no hay otra cosa más.